- Hola.
- Hola.
- ¿Qué tal?
- Bien.
- Oye, he pensado que podríamos quedar esta tarde para tomar algo.
- Uf, es que no me apetece. Estoy tirada en el sillón.
- Bueno, pues mañana podríamos ir al cine.
- Es que se me han roto las gafas.
- Pero si tus gafas son de cerca.
- Pero me gusta sentarme en la primera fila del cine.
- Bueno, vale… ¿y el sábado? ¿Te apetece ir el sábado a patinar?
- Ay, no sé…el sábado creo que me va a doler la cabeza.
- ¿Y el domingo?
- El domingo me dolerá otra cosa, pero ya lo decidiré sobre la marcha.
- Ya…bueno, vale, no pasa nada. El lunes doy un recital de poesía en el Auditorio.
- Vale.
- Mmm...¿vas a ir?
- Uf…es que los lunes tengo que lavarme el pelo.
- Pues te lo lavas y luego vas.
- Ya, claro, como si se pudiese ir a un recital de poesía con el pelo limpio. Ay, qué cosas tienes, cari.
- De acuerdo. ¿Y si me paso por tu casa el martes y echamos unas partiditas de póquer?
- ¿De póquer? El póquer es de gente aburrida.
- Antes jugábamos.
- Pasó de moda. Ahora lo que me gusta es el mus.
- Vale, pues jugamos al mus.
- Joder, jugar al mus, qué gilipollez. Si fuera al póquer, todavía, pero al mus…
- Ya… bueno. Para el miércoles no te digo nada, porque de todas formas voy a estar comiéndome una mierda de búfalo en un cementerio de elefantes de Singapur, y eso hay que hacerlo solo. Luego me balancearé sobre la tela de una araña y llamaré por teléfono a algún unicornio de pago para que me haga el trenecito del amor.
- Vale.
- Venga, un beso.
- Un besico. ¡Hasta luego!
1 comentario:
uff...
:S
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